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Conciencia Global

Para contrarrestar el cambio climático, se necesita hacer política y líderes capacitados que la dirijan.

Publicado: 2017-07-21


"Más de 4 distritos devastados, 25 000 personas que lo han perdido todo, 8.473 millones de personas sin servicios básicos como el agua y un niño costero. Las lluvias siempre fueron frecuentes en Perú; sin embargo, desde hace un par de meses, inundaciones y desbordes de los ríos han dejado en aislamiento y sin vida a muchos animales y personas. El Niño Costero es un fenómeno que solo afecta a Perú. Este, producto del debilitamiento de los vientos fríos por el Sur, ocasionó que el mar se sobre caliente y, obviamente, tenga mayor tendencia a caer en forma de lluvia. Esto se suscita cada año; sin embargo, el calentamiento global y la gran cantidad de contaminación hacen que, hoy en día, los efectos sean más desastrosos y dejen en estado de emergencia (sin servicios básicos, tuberías dañadas, viviendas y escuelas destruidas) a muchos asentamientos peruanos. En un país, que ocupa el tercer lugar en vulnerabilidad con respecto al Calentamiento Global; donde a pesar de tener una gran cantidad de recursos energéticos renovables, solo se usa un 0.05% de energías limpias; donde, según la OMS, se registra la ciudad con mayor índice de contaminación en América del Sur: Lima; la naturaleza se ha manifestado, nos ha dado a conocer el desastre que nuestras prácticas contaminantes están ocasionando y la urgencia de actuar contra lo que hemos creado." (Gamarra 2017)

El Efecto Invernadero y el Calentamiento Global está originando anomalías en la naturaleza y ha llegado a tal punto de reflejar sus efectos en nuestra fuente de subsistencia y vida: el agua. El agua es un recurso vital para la existencia de todo ser vivo. Ya que es alimento, hábitat de más de 300 especies, y recurso necesario y condicionante de la mayoría de actividades económicas como la agricultura, minería, etc. Producto de las alteraciones que el Calentamiento Global ha ocasionado en el recurso hídrico se evidencian cambios climáticos alarmantes, inundaciones e intempestivas sequías. Sin embargo, esta problemática va más allá, pues, producto de estos desastres, encontramos arrecifes vacíos, bosques sin árboles, especies extintas, enfermedades nunca antes vistas, etc. Y estas no solo afectan a los animales como el Gallito de las Rocas- especie hoy extinta- y plantas; sino, y principalmente, al responsable de esta catástrofe ambiental: hombre.

Según la ONU, hay 335 desastres naturales al año ocasionados por efectos climáticos. Estos causan la muerte de 30.000 vidas y ocasionan 4.000 millones de heridos o damnificados.

Estos corresponden al 90 % de los desastres, y son las inundaciones y las sequías, causantes del 80 % de las víctimas. Las averías no solo se plasman en las miles de muertes, sino en la destrucción de áreas básicas para el crecimiento humano. De esta manera, el CG a través de su dinamicidad con la base de la existencia humana: el agua, puede ocasionar problemas de salubridad, deficiencias o parálisis económicas y condenar a la pobreza a millones de personas. Esto se evidencia en el aumento de la vulnerabilidad de pobreza de comunidades, propagación de enfermedades como el dengue y nivel de contaminación de grandes reservas de agua- básicas para el desarrollo de comunidades enteras-.

En ese sentido, el calentamiento global es una amenaza no solo natural, sino social. Y, para contrarrestarlo, no solo necesitaremos de invenciones milagrosas u iniciativas exuberantes, sino de un accionar político que permita aplicar de la mejor manera estos proyectos y situarlos en las prioridades de nuestras agendas sociales. Es decir, el CG también es un problema político.

Como en muchos países latinoamericanos, el Perú posee una economía vibrante, pero un pequeño sector energético. Nos hemos desarrollados en distintos ámbitos y, por el lado energético, tenemos la posibilidad de seguir mejorando y ser una potencia de energía renovable- la cual contribuiría a desalentar el CG-, ya que poseemos las condiciones climatológicas, recursos energéticos, terrenos y áreas; sin embargo, no aprovechamos estas facilidades. Para dinamizar este proceso, el Perú se sometió a la privatización del sistema de generación y distribución de energía. Los resultados demostraron ser más efectivos, ya que se está haciendo un trabajo más eficiente, la energía llega a más zonas (45% de la población posee electricidad) y el uso de energías sostenibles (energía solar) se incrementan. Sin embargo, el Perú sigue presentando problemas para adaptarse a estos recursos de energía renovable y presenta, todavía, niveles altos de contaminación. Ya que; en primer lugar, hay una falta de voluntad y actuar político. Los políticos son una pieza clave en la acción contra los efectos del cambio climático; sin embargo, son los mismos que, hoy en día, encabezan contra campañas que, revestidos por grandes empresas, confunden a la población y desinforman a la misma. De esta manera, por falta de consciencia y espíritu de servicio, sobreponen intereses personales y ponen en riesgo la conservación del planeta y la vida de todos los seres vivos. Esto se puede evidenciar movimientos mundialmente conocidos como “El gran engaño del Calentamiento Global” que incitan a la población a no preocuparse por el medio ambiente y a tener un consumo sin medida.

Y; en segundo lugar, como efecto de lo primero, evidenciamos en los países una infraestructura deficiente, objeciones sociales y ambientales que paralizan los proyectos mitigadores de efectos del CG y una falta de consciencia civil ambiental.

Perú es un país con mucho potencial y herramientas para producir distintas iniciativas para contrarrestar el CG como la dinamización de energías renovables y un sinfín de materias; sin embargo, de nada sirve esto, si no poseemos un conjunto de líderes (estratégicos, innovadores y comprometidos) que tengan la capacidad de generar las medidas adecuadas para desarrollar de manera óptima los recursos que tenemos. Es decir, podemos tener un sinfín de invenciones, pero es tarea de nuestros líderes hacer que se apliquen y se adapten a los ciudadanos. Para; de esta manera, ser efectivas las reformas por el CG. En ese sentido, considero que el liderazgo y todas las habilidades que incluyen forman un papel trascendental para el desarrollo de políticas e iniciativas mitigadoras del CG que, en un futuro, ayuden a contribuir con la disminución de la contaminación y mejora en la calidad de vida.

La formación de estos líderes solo se logrará con una correcta educación, basada en valores y equilibrada, la cual forjará futuros líderes informados, conscientes y, lo más importante, dispuestos a promover iniciativas que generen un bienestar para todos. A su vez, tendremos ciudadanos que, enterados de su realidad, más conscientes y comprometidos con su entorno, demanden el uso de energías y recursos más saludables y modifiquen su estilo de vida. Y, de esta manera, no tengan una consciencia de carbono que, al igual que este recurso, es una consciencia no estable y que, muchas veces, se evapora.

El calentamiento global es un hecho y las pruebas se demuestran de distintas formas como las que evidenciamos a través del recurso hídrico. De esta manera, ocasiona temperaturas insoportables, muertes, enfermedades y condena a la pobreza a millones de personas. Con lo que concluimos, que el CG es un problema no solo natural, sino social y; por esta razón, es hora de tomar acción. El causante de este problema es el ser humano y su estilo de vida basado en la dependencia a gases tóxicos que incrementan las temperaturas en el medio ambiente. Hoy en día, hay distintas iniciativas que, al igual que el Tratado de París, pretenden parar esta destrucción a nuestro ambiente y a nosotros; sin embargo, la verdadera solución se encuentra en la consciencia ciudadana y ambiental. La misma que obtendremos con una íntegra educación que difunda la práctica de valores colectivos, modele mejores ciudadanos y desaparezca la difundida consciencia, inestable, de carbono. Esta permitirá que tengamos una formación integral de líderes que no solo respondan a conocimientos intelectuales, sino a habilidades innovadoras, estratégicas y comunicativas que respondan a las necesidades de su población y del ambiente.


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